De acuerdo con reportes de medios de prensa internacionales, Justin Bieber se puso sobre el rostro la bizarra máscara con el objetivo de pasar desapercibido entre las personas que el domingo se encontraban paseando por la playa Venice.
Y es que precisamente gracias a dicha máscara el novio de Selena Gomez pudo pasar un fin de semana normal junto a su padre y mejor amigo. Situación que seguramente no habría sucedido de tener a decenas de jovencitas pidiéndole tomarse fotos con él o su autógrafo.
De no haber sido por el tatuaje de Jesucristo que el canadiense lleva en una de sus pantorrillas, los paparazzi del lugar no habrían podido reconocerlo.
Pero lo que resultó aún más extraño es que Bieber no se quitó su máscara cuando optó por jugar baloncesto con su amigo y su padre, inclusive cuando ya se encontraba muy lejos de la muchedumbre de Venice Beach.
Todo parece indicar que cuando Justin decidió jugar con su padre, él ya se había acostumbrado muy bien a la máscara dorada.
Lamentablemente para Bieber, la gran fama que tiene lleva consigo bastantes sacrificios; uno de ellos es precisamente la pérdida de la intimidad. Justin nunca podrá salir a la calle desapercibido como cualquier otro joven de su edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario